domingo, 27 de marzo de 2011

Consideraciones en torno a la cantada española

La publicación de José de Torres, Obras a solo y a dúo en la Imprenta de Música me da pie a reflexionar sobre la llamada “cantada española”. Se suele decir que la “cantada española” es un género “propio y distinto” de la cantada italiana. Ésta última se basa en el par Recitado-Aria, siendo su forma más habitual R-A-R-A (otras formas comunes son A-R-A, o R-A-R-A-R). La cantada española consistiría en un “Estribillo” o “Introducción”, seguido de recitados y arias más unas coplas (o un Minué) y un “Grave” final. La forma típica de una cantada española sería, pues:

Estribillo (o Introducción) – R – A – Coplas (o Minué) – Grave final

No se ha estudiado en realidad la procedencia de esta forma. Juan José Carreras ha sugerido que el Grave final procede de los lamentos teatrales, tesis que yo no veo nada clara y está por demostrar, dando ejemplos concretos. Hay elementos, como el Minué, que no son tan propios como parece, encontrándose también en cantatas de autores italianos. Así, por ejemplo, la cantata atribuida a Alessandro Scarlatti Bella madre dei fiori acaba con un Minué seguido además de un airoso grave final.

En este post quisiera advertir que el adjetivo “española” está mal aplicado, porque la cantada con Estribillo al comienzo y Coplas y Grave al final no es la cantada de España, sino la forma empleada en la corte madrileña y durante una época muy limitada (ca. 1705-1720).

El manuscrito Pombalino, conservado en la Biblioteca Nacional de Lisboa, nos ofrece un testimonio de la forma de la cantada en español en torno a 1705-1710. Ahí se recogen las primeras cantadas escritas en español: dos de Sebastián Durón (anteriores a 1706, por tanto), una de Pedro Rabassa y varias de autores activos en Lisboa (Jaime de la Te y Sagau, André da Costa). Solo las dos cantadas de Durón se ajustan al modelo de la llamada “cantada española”. La de Pedro Rabassa tiene la forma R-A-R-A, y esta es la forma que tienen otras cantadas humanas de Rabassa conservadas, por lo que puede afirmarse que en Barcelona no se usaba el grave final ni los otros elementos de la cantada de la corte. Y las cantadas de Jaime de la Te y Sagau y otros compositores lisboetas no parecen atenerse a formas fijas, constando de arias, recitados, coplas y otras secciones sin determinar, en un orden muy variable, y no presentan grave final.

La forma, por tanto, de Estribillo – R – A – Coplas (Minué) – Grave final deriva de la corte madrileña y fue cristalizada posiblemente por Durón a comienzos del siglo XVIII. Esta forma fue adoptada pronto por José de Torres y Antonio Literes y otros compositores activos en la corte. Precisamente a partir de aquí se difundió a otros ámbitos. En este sentido la tarea de la Imprenta de Música de José de Torres es fundamental. Los autores publicados por José de Torres estaban todos activos en la corte, no publicaba obras de maestros de capilla no activos en Madrid. Fundamentalmente la Imprenta de Música publicó obras de Torres y de Literes, y también de Durón, Navas, Matías Veana, Serqueira, etc. Estos impresos se difundieron por todo el territorio hispánico, ya que eran baratos, fáciles de interpretar y estaban “a la moda”. Muchas cantadas también se difundirían de modo manuscrito, sobre todo las de voz y continuo, ya que muchas de las cantadas interpretadas en la Real Capilla exigen una plantilla demasiado numerosa para ser ejecutadas en las capillas catedralicias.

José de Torres y Antonio Literes en los años 20 y 30 componían ya sus cantadas en la forma R-A-R-A (o A-R-A), como puede verse en las cantadas de 1722 y 1729 José de Torres impresas en el volumen citado. José de Nebra, cuyas cantadas conservadas son en su mayoría también de los años 20 y 30 (como podrá apreciarse en la próxima edición de Ars Hispana, dedicada a las cantadas de Nebra), emplea siempre la forma R-A-R-A. En cambio en algunas capillas catedralicias se seguirá empleando la forma antigua de la cantada, como puede apreciarse en las cantadas de Juan Manuel de la Puente, compuestas durante los años 20 y aún con Coplas-Minué y Grave final. En los años 30 y 40 desapareció completamente esta forma de la cantada y se irá adoptando la forma más simple de recitado seguido de aria, posiblemente debido a la mayor longitud que fue adquiriendo el aria.


P.D.: Se pueden escuchar las dos cantadas de Torres de 1722 y 1729 que ya no tienen Minué o Coplas ni grave final AQUÍ

2 comentarios:

  1. Muy interesante esta historia de los primeros pasos de la cantada en España, es un género que conozco muy poco. En el caso de Rabasa no debería sorprender el uso del esquema italiano, pues se formó con Valls en el entorno de los músicos italo-vieneses del primer Carlos III.

    Por otro lado es interesante constatar que el nacimiento de la cantada se da en Francia y en España exactamente por los mismos años, como si respondiera a inquietudes paralelas.

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  2. Ciertamente, Rabassa usa un esquema italiano para la cantada, posiblemente inspirado en los músicos italianos de Barcelona (una de las cantadas humanas de Rabassa está dedicada a la reina Elisa). Sin embargo, esto no significa que la música sea italiana (ni tampoco "española", no creo que tenga sentido esto, que es demasiado esencialista). A veces en los estudios musicológicos al uso se confunde forma con estilo musical. Me explico: como si un aria Da Capo tuviera que estar escrita en estilo scarlattiano, por poner un ejemplo, y no más bien en estilo de un tono del XVII (proporción menor, hemiolias, giros característicos), aunque dentro de una forma Da Capo. Esto es lo que sucede, más o menos, con Rabassa. Sus recitados y arias, aunque "inspirados" por los italianos, musicalmente dependen aún mucho de los tonos anteriores, resultando un estilo "mixto" curioso.

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