La semana pasada (días 16 y 17) participé en el Curso de Verano "Patrimonio Histórico-musical de Haro", una iniciativa del ayuntamiento de Haro. Me encargaron que organizara el contenido del curso, ya que he trabajado el archivo y he publicado la obra completa de José Español, el músico más representado (y más interesante) del archivo.
Fueron dos días intensos para mí, gracias a las continuas charlas con Pablo L. Rodríguez, de la Universidad de la Rioja (y profesor mío en Historia y Ciencias de la música) y con Luis Antonio González (director de Los músicos de sv Alteza). Pablo, además de ínclito wagneriano, es un "sabio" de la música española del siglo XVII y comienzos del XVIII, compartiendo conmigo valiosa información sobre músicos y archivos.
Las conclusiones que saqué de este curso fueron las siguientes:
a) el archivo de Haro es una especie de "fósil" de lo que la capilla musical usaba en 1746. El archivo se interrumpe bruscamente en esta fecha. Por desgracia, cuando se recogieron, se numeraron sin tener en cuenta el orden y la disposición original, por lo que hemos perdido muchísima información. Cuando un arqueólogo, por ejemplo, encuentra un resto, es esencial contextualizarlo en el yacimiento. Lo mismo se debería haber hecho en esta ocasión, ya que el contexto puede ofrecernos información valiosísima de la función y significado de la obra.
b) las partituras conservadas pertenecieron a José Español. La mayoría de las obras son suyas o copiadas por él. Las obras anteriores muestran arreglos y anotaciones de José Español. No hay obras de organistas anteriores, por lo que cabe suponer que las obras copiadas con anterioridad fueron aportadas por José Español. Quizá, como se apuntó en el curso, las obras no copiadas por Español fueran incluso compradas.
c) Respecto a la funcionalidad, tema importantísimo, se apuntó que pudieran ser obras devocionales, para uso de las familias nobles de la ciudad. Todas las obras conservadas son al Santísimo o a la Virgen, temas que son aptos para la devoción (no así las obras latinas, que tienen un uso litúrgico, o las obras para la Navidad, que tienen un uso específico para los maitines de Navidad y fiestas cercanas). Como "prueba" de esta función se encuentra la obra "Si en ti miro el afecto": un dúo humano con violín cuya letra se transformó para servir a la Virgen, y que está dedicado "Para mi Señora Doña Felicias Mezeta y Urdaza". Es un prejuicio pensar que las obras destinadas a la nobleza fueran siempre profanas. En mi publicación del "Cuaderno de cantadas humanas y divinas" de Hernández Illana recojo un cuaderno que contiene cantadas tanto humanas como divinas posiblemente realizado para las fiestas particulares o "saraos" de la nobleza burgalense.
d) Sin embargo, no caben descartar otras funcionalidades. Las obras, por supuesto, serían escritas para uso de la parroquia, aunque luego pudieran reusarse en conciertos devocionales para la nobleza local. Muchas partituras, además, tienen la indicación de "Casalarreina" o "Santa Elena". Una explicación de ello es que la capilla musical de Haro interpretaría estas obras también en pueblos o conventos cercanos. Por todo ello, quizá lo conservado en Haro es una parte del repertorio empleado por la capilla para diversas fiestas y usos, ya sea para la parroquia, ya sea para las casas nobles o ya sea para diversas fiestas de conventos, pueblos cercanos, etc.
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